Gracias a la vida

El agradecimiento es un acto cuyo poder muchas veces es subestimado. Cuando agradecemos, estamos reiterando la existencia de una realidad, el poder de una acción, el rol de una persona... cuando agradecemos a la vida, le damos el valor a nuestro entorno, el valor a lo que nos rodea. Dar las gracias, cuando lo hace el corazón, es más allá que un gesto de cortesía. Incluso, algunas veces que se nos va el tiempo sin tener la oportunidad de agradecer a alguien especial...

Hay veces que agradecemos, pero nuestro agradecimiento no es claramente interpretado en su forma o en su fondo, pero si somos capaces de agradecer por una acción, por un momento... entonces daremos la bienvenida a una nueva realidad para nuestra vida:

Gracias por... concebirme y darme la vida; por escuchar mis rezos, aunque no muy constantes. Gracias por darme un lápiz y un papel y explicarme cómo escribir...por llevarme al colegio, por ir con el carro cerca del autobús para que yo te viera.

Gracias por permitirme descubrir lo que era un beso, por estar ahí cuando lo necesité. Gracias por los obstáculos superados que me mostraste en mi pasado para entender lo que soy hoy capaz de hacer. Gracias por compartir tus secretos, por regalarme esa sonrisa que llevaré siempre en mi recuerdo...por secar esa lágrima que tanto evité que vieras. Gracias por saltar conmigo de la mano, tenías razón: no era tan alto! Gracias por creer en mi cuando otros ya se habían ido, por permitirme un espacio, una página en tu vida. Gracias por aburrirme a tiempo de lo que quiero cambiar, por cocinar mi plato preferido, por regalarme música, poesía y canción...por permitirme bailar contigo esa pieza que todavía hoy suena en mi cabeza.

Gracias por ofrecerme la bienvenida cuando era nuevo y no conocía a nadie, por hacerme reir hasta que me dolió el estómago. Gracias por darme ayer la oportunidad que hoy puedo dar a otros...gracias por creer en las señales que nos trajeron aqui, por caminar tanto, tanto a mi lado: esperarme cuando voy lento... ofrecerme una pausa cuando voy muy rápido.

Gracias por creer en mi cuando ni yo lo hacia. Gracias por ser musa e inspiración cuando lo cotidiano perdió razón de ser, por arriesgarte a mi lado, por creer que no hay nada escrito ni nada imposible...por regarlarme tu biografía con tan solo una mirada... por el brindis y el sonido de las copas... por permitirme apreciar la luz de una vela...

En fin, a la vida gracias por las malas y las buenas... todas están ahí por una razón!

Autor: Oliver Ortiz