sábado, 29 de enero de 2011

Cólera. Medidas de prevención



El cólera es un infección intestinal aguda causada por la ingestión de Vibrio cholerae, una bacteria presente en aguas y alimentos contaminados por heces. La forma más habitual de contagio es por beber agua o comer alimentos contaminados; no se suele transmitir de persona a persona. El cólera está relacionado principalmente con un acceso insuficiente al agua salubre y a un saneamiento adecuado.

La bacteria sobrevive en la superficie de todos los alimentos durante cinco días a temperatura ambiente y hasta diez días si la temperatura se mantiene entre 5 y 10 grados. Sobrevive a la congelación, aunque es más difícil la proliferación, lo que puede impedir que se alcance la cantidad de microorganismos capaces de provocar la infección en el individuo. Es sensible a la desecación y a la acidez. Se ha descrito una relación entre el grupo sanguíneo y la sensibilidad al cólera. No se sabe por qué, pero las personas con grupo sanguíneo 0 tienen más riesgo que las del grupo A o B.

En su forma más grave el cólera se caracteriza por diarrea acuosa aguda de aparición súbita que puede ser mortal debido a la grave deshidratación que causa. El periodo de incubación extremadamente corto (2 horas a 5 días) aumenta las posibilidades de que se produzcan brotes explosivos y de que el número de casos aumente rápidamente. Aproximadamente 75% de los infectados son asintomáticos, pero los patógenos se eliminan en sus heces durante 7 a 14 días, durante los cuales pueden infectar a otras personas. El cólera es una enfermedad extremadamente virulenta que puede afectar tanto a los niños como a los adultos.

Medidas de prevención.
  • Utilizar solo agua potable y salubre para cocinar y beber. Purificación y cloración del agua para abastecimiento público.
  • Instruir a la comunidad para hervir el agua ( durante 10 minutos) o purificar con tratamiento químico apropiado ( 0,2mg. De hipoclorito o cloruro de calcio por litro de agua).
  • Consumir solo leche pasteurizada. Fomentar lactancia materna.
  • Consumir alimentos cocidos, no crudos.
  • Mantener comportamientos higiénicos básicos, como el lavado sistemático de las manos con agua y jabón después de defecar y antes de comer o de manipular alimentos, o la preparación y conservación adecuadas de los alimentos.
  • Evitar la proliferación de moscas e insectos en viviendas y sus alrededores. Proteger los alimentos del contacto con estos.
  • Implementar medidas efectivas para la recolección de basura evitando su acumulación.
  • Instalar y conservar en funcionamiento sanitario adecuado los medios de eliminación de las heces humanas (alcantarillado, letrinas, etc.).
  • Desinfectar de heces, vómitos, ropa de cama y artículos usados por los pacientes. Cubrir heces y vómitos con solución hipoclorito de sodio (lavandina) al 2% durante 15 minutos. Ropa de cama y la ropa en general colocar en una bolsa de plástico con una torunda de algodón empapada en formol, luego cerrar herméticamente por 8 horas.
  • Participar en la difusión de los mensajes educativos. Los líderes comunitarios también deben participar en las campañas de comunicación y movilización social.
  • Los países vecinos deben mejorar su preparación para responder rápidamente a los brotes y limitar sus consecuencias en caso de que el cólera se propague dentro de sus fronteras.
  • La Organización Mundial de la Salud ha demostrado que medidas como la imposición de restricciones a los viajes o al comercio entre países o entre diferentes regiones de un mismo país afectado por el cólera suelen ser inefectivas para evitar la expansión de la enfermedad.

Tratamiento.
  • Rehidratación rápida mediante la administración de sales de rehidratación oral (SRO) o líquidos intravenosos, dependiendo de la gravedad del caso. La administración de SRO (bolsas de la OMS/UNICEF) permite tratar adecuadamente hasta un 80% de los casos. Los pacientes con deshidratación muy grave se tratan con líquidos intravenosos, preferiblemente lactato de Ringer. Los sueros deberán contener sodio, cloro, potasio y bicarbonato dependiendo de lo que necesite en cada momento (se calcula en función de las pérdidas). Si no se cuenta en el momento con estas soluciones se debe hidratar en principio con lo que se tenga a la mano (agua con limón, bebidas isotónicas e incluso carbonatadas).
  • Para los casos graves se pueden administrar además antibióticos apropiados (siempre bajo prescripción y supervisión médica) para reducir la duración de la diarrea y el volumen de líquidos de rehidratación necesarios, así como para acortar el periodo de excreción de Vibrio cholerae.
  • En niños menores de 5 años la administración de suplementos de cinc tiene una eficacia demostrada para acortar la duración de la diarrea y el número de episodios diarreicos sucesivos.



Fuentes:

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